Las abejas bailan para comunicar la dirección y la distancia de las fuentes de alimento. Este baile, llamado el baile en ocho o baile vibrante, permite a las abejas transmitir información precisa a sus congéneres sobre la ubicación de las flores.
Las abejas bailan principalmente para indicar rápidamente la ubicación exacta de la comida a sus congéneres. Este baile, llamado danza en ocho o danza vibrante, proporciona tanto información sobre la dirección como la distancia de las fuentes de néctar. Gracias a estas señales precisas entregadas directamente en la colmena, toda la colonia ahorra un tiempo valioso, no desperdicia innecesariamente su energía y aumenta sus posibilidades de encontrar recursos vitales. Esto facilita la supervivencia global al asegurar una cosecha eficiente y rápida, esencial sobre todo cuando los recursos son escasos. De alguna manera, el baile es como un GPS ultraeficiente para abejas: práctico, preciso y particularmente astuto para mantener a toda la colonia bien alimentada y saludable.
La danza de las abejas apareció porque permite una ganancia enorme en eficiencia para buscar alimento. No es necesario que cada abeja explore individualmente los alrededores de manera aleatoria: gracias a la danza, las recolectoras comparten directamente la localización precisa de los recursos alimentarios. Esto ahorra tiempo, energía y, por lo tanto, aumenta directamente las posibilidades de supervivencia de la colonia. Es simplemente una especie de GPS integrado y colectivo que brinda una gran ventaja evolutiva. Esta capacidad de comunicación rápida también mejora la cohesión social, lo que facilita globalmente la organización colectiva frente a los desafíos del entorno. En resumen, aquellas que bailaban sobrevivían mejor, por lo que la capacidad fue seleccionada de manera natural a lo largo del tiempo.
Cuando una abeja encuentra una buena fuente de alimento, se dirige a la colmena para informar a sus compañeras realizando una danza especial. Gira en círculos o en "ocho" mientras se agita. La longitud y la dirección de su movimiento indican precisamente dónde se encuentra la comida, incluyendo la distancia y la orientación con respecto al sol. Este sistema es muy eficaz, ya que permite a las obreras localizar rápidamente las mejores reservas sin perder tiempo buscando al azar. Por lo tanto, esta información compartida asegura una explotación óptima de los recursos disponibles, ahorrando energía y aumentando las probabilidades de supervivencia de toda la colonia.
En las abejas, la danza hace más que simplemente indicar dónde encontrar alimento: también refuerza los lazos sociales en la colmena. Gracias a su danza vibrante, las abejas comparten eficazmente información clave sobre el entorno, pero también mantienen el sentido de pertenencia al grupo. Esta comunicación ritualizada fomenta una mejor coordinación colectiva, un poco como una reunión de equipo bien engrasada. Cuanto más precisa es su danza, más conectadas se sienten las abejas entre sí y actúan juntas en beneficio de la colonia. El resultado es una colonia unida, reactiva y capaz de sobrevivir ante las adversidades externas.
Karl von Frisch, un científico austriaco, recibió el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1973 por haber descubierto y explicado el significado de las danzas comunicativas de las abejas.
La danza de las abejas varía ligeramente de una especie a otra, cada una poseyendo matices específicos adaptados a sus entornos y hábitos alimenticios.
Las vibraciones emitidas durante la danza de las abejas permiten a sus congéneres comprender la calidad del néctar encontrado: cuanto más enérgica es la abeja que danza, mejor es la comida descubierta.
Las abejas son capaces de tener en cuenta la posición del sol durante su danza vibrante, adaptando así su comunicación a lo largo del día, independientemente del movimiento aparente del sol en el cielo.
La danza en ocho indica a las demás abejas la dirección, la distancia y la calidad de la fuente de alimento descubierta. La dirección del trayecto rectilíneo central indica la dirección en relación al sol, su duración indica la distancia, mientras que la intensidad y la frecuencia de los movimientos informan sobre la calidad de la comida.
Sí, las abejas también pueden usar la danza para informar a la colonia sobre la ubicación de un futuro sitio de hábitat durante el enjambre, permitiendo así una toma de decisiones colectiva óptima y rápida.
Sí. Por ejemplo, si las condiciones meteorológicas cambian o si el recurso alimentario disminuye en calidad o en cantidad, la precisión y la intensidad de la información comunicada a través de la danza se ajustarán progresivamente.
No, principalmente la abeja doméstica (Apis mellifera) realiza el baile, especialmente el baile en ocho, para indicar a sus compañeras la ubicación de un recurso alimenticio. Algunas otras especies de abejas utilizan métodos de comunicación más simples, sin danzas tan elaboradas.
La danza de las abejas es principalmente un comportamiento innato, programado genéticamente. Sin embargo, las abejas pueden perfeccionar su práctica con la experiencia y el aprendizaje al observar a sus congéneres más experimentados.
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Question 1/5