La tecnología de reconocimiento facial a veces puede ser engañada por fotos porque los algoritmos utilizados se basan en características y datos visuales que pueden ser reproducidos o modificados para inducir errores en el sistema.
Los sistemas de reconocimiento facial a menudo utilizan métodos llamados de "detección de vida", que supuestamente distinguen los rostros reales de simples fotos. Pero estos métodos generalmente se basan en índices simples, como analizar los reflejos de luz en los ojos, detectar micro-movimientos de la cara (parpadeos, ligeros movimientos de cabeza) o incluso medir el calor emitido por la piel. El problema es que estos factores pueden ser fácilmente engañados o imitados por una foto de alta resolución presentada en una pantalla, o incluso por un video corto en bucle. Además, muchos de estos métodos aún no son lo suficientemente sensibles o sofisticados para diferenciar entre un rostro verdadero y una representación estática de calidad. Estas fallas técnicas explican por qué un simple selfie a veces puede ser suficiente para engañar a un sistema considerado "seguro".
Los sistemas de reconocimiento facial tienen serios problemas cuando la iluminación cambia o cuando la cabeza no está exactamente en frente de la cámara. Una luz tenue o una sombra marcada en el rostro, y se vuelve muy complicado encontrar los rasgos característicos habituales. Lo mismo ocurre con los ángulos extraños: una captura tomada de lado o desde abajo modifica la proporción y la forma de los rasgos faciales. Así que, tan pronto como la posición de la cabeza o la luminosidad difieren demasiado de la foto de referencia en el sistema, el reconocimiento puede equivocarse fácilmente y confundir a una persona real con una simple imagen.
Los algoritmos de reconocimiento facial a menudo se basan en el análisis de puntos clave en el rostro, como la ubicación de los ojos, la distancia entre ellos o incluso la forma general de la cara. El problema es que una foto presenta estos puntos clave de manera clara y estable, facilitando así la tarea de estos sistemas. Como resultado, una simple fotografía puede ser suficiente para crear confusión, ya que estos algoritmos no siempre tienen la capacidad de verificar si este rostro es en 2D o en 3D, o si realmente pertenece a una persona presente físicamente. Sin poder detectar movimiento, parpadeos o expresiones cambiantes, estos sistemas a veces consideran una imagen fija como un rostro real. Es esta debilidad la que hace que una foto impresa o mostrada en pantalla pueda engañar fácilmente al reconocimiento facial.
Cuando una foto se modifica voluntariamente o no, los sistemas de reconocimiento facial pueden perderse completamente. Por ejemplo, una imagen con un filtro de belleza intenso o retoques de Photoshop puede resultar en un error de identificación, ya que el algoritmo compara tu rostro real con una imagen artificialmente perfecta o alterada. Lo mismo ocurre cuando se acentúan o disminuyen rasgos específicos: nariz afinada, mejillas hundidas, ojos agrandados... Estas modificaciones alteran el modelo que se basa en puntos de referencia precisos del rostro (distancias entre los ojos, ancho de la nariz, forma de la mandíbula). Otro punto delicado: las expresiones fijas o inusuales en ciertas fotos, como una sonrisa forzada o un gesto extraño, también pueden distorsionar las comparaciones automáticas.
Algunos usuarios logran engañar a los sistemas de reconocimiento facial con métodos simples. Una de las más comunes consiste en presentar una foto impresa o mostrada en una pantalla frente a la cámara: a veces, funciona si el sistema no verifica bien la textura, la profundidad o los movimientos naturales propios de un rostro real. Otros utilizan técnicas llamadas deepfakes para generar un video o una imagen artificial muy realista de otra persona. Algunos incluso llegan a usar máscaras realistas o a pegar accesorios específicos en su rostro para confundir los algoritmos que detectan los rasgos típicos de un rostro humano. Las gafas especiales, con dibujos o patrones específicos, por ejemplo, perturban fácilmente los algoritmos al modificar la forma en que detectan rasgos esenciales. Estos enfoques engañan a los sistemas simplemente porque explotan los límites actuales de las técnicas de verificación de la vida o de los algoritmos que buscan puntos de referencia precisos en la imagen.
¿Sabías que hay gafas especiales o maquillajes estratégicos llamados 'maquillajes adversariales' que pueden engañar a ciertos algoritmos de reconocimiento facial al perturbar los puntos clave utilizados por estos sistemas?
¿Sabías que el reconocimiento facial a menudo se basa en el análisis de "puntos de referencia faciales" (ojos, nariz, boca) y que cualquier alteración u oscurecimiento de estos elementos clave hace que el reconocimiento sea particularmente susceptible a errores?
¿Sabías que un estudio realizado por investigadores descubrió que los sistemas de reconocimiento facial pueden mostrar a veces sesgos relacionados con la edad, el género o la etnia, lo que resulta en una tasa de error más alta para ciertas categorías de usuarios?
¿Sabías que existen algoritmos entrenados específicamente para identificar ataques de presentación (ataques con fotos o videos), pero que aún pueden ser vulnerables ante fotos de muy alta resolución o videos cuidadosamente elaborados?
Sí, hasta cierto punto. Si se utiliza incorrectamente o se piratea, esta tecnología podría revelar información sensible a terceros. Por lo tanto, es importante elegir bien los contextos en los que se desea permitir su uso y siempre priorizar sistemas con políticas de seguridad y privacidad sólidas.
Sí, a menudo, presentar una simple fotografía impresa o en pantalla es suficiente para engañar a ciertos sistemas basados en algoritmos que no verifican correctamente la autenticidad anatómica o los signos de vida del rostro presentado.
Un sistema perfeccionado utiliza técnicas como la detección del parpadeo, el análisis en profundidad mediante cámara infrarroja (visión 3D), el análisis de los micro-movimientos faciales y el reconocimiento de posibles reflejos característicos de una imagen impresa o mostrada en pantalla.
No, el reconocimiento facial puede enfrentar grandes dificultades en condiciones de poca luz o con luz demasiado intensa, cuando los contrastes o los colores no son claramente discernibles. Una luz homogénea y suficiente mejora enormemente su eficacia.
Sí, algunos accesorios pueden ocultar o alterar puntos de identificación precisos, perturbando así el reconocimiento facial. Sin embargo, algoritmos recientes que utilizan varios puntos de referencia facial son más resistentes a estas estrategias.
No, el reconocimiento facial no es infalible. Factores como la calidad de la imagen, la iluminación, el ángulo de toma o la presencia de una foto o un video pueden engañar a los algoritmos.

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