Las costumbres de saludo varían de un país a otro debido a diferencias culturales, históricas y sociales propias de cada sociedad. Estas variaciones pueden estar influenciadas por factores como la religión, las tradiciones ancestrales o los valores dominantes en cada región.
La forma en que se dice hola a menudo revela la identidad cultural de un país. Cada cultura lleva en sí valores como el respeto, la jerarquía o la intimidad, que se reflejan en sus saludos. Por ejemplo, en Japón, la reverencia está profundamente arraigada en la noción de respeto y discreción. En Francia, el beso expresa más bien la cercanía, el vínculo social y la convivialidad. En los pueblos maoríes de Nueva Zelanda, el contacto de nariz llamado hongi significa claramente un intercambio espiritual y simbólico. Incluso gestos simples como un apretón de manos cambian enormemente según el país: firme y enérgico en Estados Unidos, suave y breve en China. Estas diferencias surgen simplemente del hecho de que cada país construye su identidad y sus códigos según sus propias creencias, sus valores y la forma en que expresa las relaciones entre los individuos.
Los saludos utilizados en muchos países a menudo derivan de eventos o usos históricos precisos. Por ejemplo, en la Europa medieval, ofrecer un apretón de manos indicaba que no se portaba un arma oculta, estableciendo directamente una confianza mutua. Esta práctica se ha perpetuado hasta hoy, convirtiéndose en un saludo banal en muchos países occidentales. Por el lado asiático, en Japón, el saludo por inclinación del torso se remonta a la época de los samuráis, como signo de respeto y humildad hacia los demás, mostrando sutilmente su cuello, una zona vulnerable. En algunas regiones africanas, la historia colonial ha fusionado saludos tradicionales con formas euro-occidentales, creando así saludos híbridos únicos. La historia deja, por lo tanto, una fuerte huella en la manera en que las personas se encuentran y se saludan.
En los países fríos, el saludo a menudo evita cualquier contacto físico prolongado. Darse un apretón de manos caluroso o abrazarse cuando hace -20°C no es lo ideal. Por lo tanto, una ligera inclinación de la cabeza o un gesto rápido son suficientes. Por el contrario, las regiones cálidas favorecen el contacto físico, que suele ser cálido y táctil, con abrazos frecuentes. En África o América Latina, a menudo se expresa el afecto y la acogida a través de un apretón de manos prolongado, abrazos o incluso besos. El entorno también influye en el comportamiento: en los lugares desérticos, se suele mantener un poco de distancia como signo de respeto por el espacio vital, cuestión de supervivencia e intimidad; mientras que en las grandes ciudades densas, donde el espacio personal es reducido en el día a día, las interacciones sociales cercanas se vuelven normales.
Los saludos a menudo reflejan los valores sociales dominantes de un país. Ejemplo simple: en sociedades donde la igualdad es muy importante, como en los países escandinavos, los saludos formales son raros, se pasa directamente al tuteo y al uso del nombre de pila. En cambio, en países muy jerarquizados—como Japón o Corea del Sur—se respetan estrictamente los protocolos según la jerarquía social. El contexto político también juega un papel: cuando los regímenes políticos son autoritarios o destacan una identidad fuerte, los gestos de saludo pueden volverse muy codificados, casi ceremoniosos, con el fin de recordar sutilmente quién está al mando. Cabe destacar que durante períodos de tensiones políticas o sociales, ciertas formas de saludar pueden ser fomentadas o, por el contrario, desalentadas, ya que se vuelven simbólicas de pertenencia o de contestación.
Hoy, gracias a los medios de comunicación y a la globalización, algunos saludos se han vuelto claramente internacionales. El apretón de manos, por ejemplo, a menudo relacionado con el mundo de los negocios o los encuentros oficiales, se ha difundido por todas partes, incluso en lugares donde antes no era habitual en absoluto. Las películas, series y redes sociales difunden continuamente gestos como el check o el simple "hola" con la mano, que se están volviendo progresivamente universales, especialmente entre las generaciones jóvenes influenciadas por la cultura popular. Sin embargo, aunque muchos lugares adoptan gestos porque son "geniales" en la pantalla, muchos otros aún resisten estos cambios. Quieren mantener sus tradiciones, porque los saludos siguen siendo un medio importante para afirmar y preservar su identidad cultural.
En Japón, es común saludar con una inclinación o reverencia del cuerpo llamada 'ojigi'. La profundidad y la duración de esta inclinación indican el nivel de respeto hacia la persona que se saluda.
Chez les Maoris de Nouvelle-Zélande, la salutation traditionnelle appelée 'hongi' consiste à presser nez et front contre ceux de l'autre personne afin de partager symboliquement le 'souffle de la vie'. --- Entre los maoríes de Nueva Zelanda, el saludo tradicional llamado 'hongi' consiste en presionar la nariz y la frente contra los de la otra persona para compartir simbólicamente el 'aliento de vida'.
En India, el saludo 'namaste' se traduce literalmente como 'me inclino ante ti' y refleja una creencia según la cual una chispa de divinidad se encuentra en cada uno de nosotros.
¿Sabías que en los países nórdicos como Finlandia, un largo contacto visual durante los saludos se considera respetuoso y sincero, mientras que en otros lugares podría percibirse como incómodo o intimidante?
Aunque ningún saludo es verdaderamente universal, sonreír amablemente mientras se inclina ligeramente la cabeza suele ser una manera prudente y respetuosa de saludar, percibida positivamente en muchas culturas y poco probable que ofenda.
Las culturas jerárquicas a menudo valoran explícitamente los signos de respeto relacionados con la edad, el rol social o profesional, lo que se traduce en saludos específicos según las personas. Estas prácticas sirven para reafirmar el respeto y reconocer abiertamente este estatus. Sin embargo, en las sociedades más igualitarias, las distinciones en los saludos según el estatus o la edad son menos marcadas.
No, por lo general, las poblaciones locales muestran indulgencia hacia los visitantes que no conocen exactamente sus costumbres. Sin embargo, a menudo se aprecia informarse con antelación sobre las prácticas locales para mostrar respeto hacia la cultura anfitriona y evitar situaciones incómodas.
La pandemia ha provocado cambios importantes en las prácticas de saludo, reduciendo considerablemente los contactos físicos (apretón de manos, besos). En muchos países, se han adoptado masivamente alternativas sin contacto físico, como el saludo con el codo, el saludo verbal u otros gestos que respetan la distanciamiento social.
Las diferencias provienen en gran parte del grado de proximidad social valorado en cada cultura, influenciado por las creencias religiosas, los valores colectivos o individuales y las normas sociales locales. Las culturas donde la proximidad social es alta a menudo practican saludos físicos (abrazos, apretones de manos cálidos), mientras que aquellas que favorecen el espacio personal adoptan saludos sin contacto (saludos verbales, gestos con la mano o inclinaciones).

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