Las aerolíneas piden apagar los dispositivos electrónicos durante despegues y aterrizajes para evitar cualquier interferencia electromagnética que pueda perturbar los instrumentos de navegación y comunicación del avión.
Nuestros dispositivos electrónicos — teléfonos, tabletas, computadoras portátiles — emiten ondas electromagnéticas débiles. Individualmente, un solo smartphone no es preocupante. El problema surge cuando un centenar de dispositivos permanecen encendidos al mismo tiempo, durante el despegue o el aterrizaje. La acumulación de estas señales puede provocar interferencias con los sistemas electrónicos del avión. Aunque sea mínima, esta perturbación podría afectar algunos instrumentos sensibles y reducir la seguridad del vuelo. Una medida de precaución, por lo tanto, porque siempre se prefiere jugar a la prudencia cuando se vuela a diez mil metros sobre el suelo.
Los dispositivos electrónicos personales, como los teléfonos móviles o tabletas, emiten ondas electromagnéticas. Estas pueden interrumpir momentáneamente los instrumentos sensibles del avión encargados de medir con precisión la altitud, la velocidad o incluso la trayectoria. Aunque los aviones modernos generalmente están bien protegidos, algunos instrumentos de navegación funcionan con señales débiles y delicadas que una pequeña interferencia podría distorsionar ligeramente. Durante las fases críticas, es decir, despegues y aterrizajes, el más mínimo error o confusión es más arriesgado: una información errónea, incluso mínima, podría complicar una maniobra delicada. Por lo tanto, es más por precaución que por temor a un accidente sistemático que las compañías aéreas prefieren evitar cualquier duda durante estos momentos clave.
Cuando tu teléfono o tableta está encendida, emite ondas electromagnéticas. Estas ondas pueden causar un ruido molesto en los auriculares de los pilotos y perturbar sus intercambios de radio con el control de tráfico aéreo. Una información mal comprendida entre el piloto y el controlador puede volverse problemática rápidamente, especialmente en fases cruciales como el aterrizaje o el despegue. De ahí la regla simple del modo avión o de apagar los dispositivos para evitar cualquier interferencia involuntaria.
Cuando una aerolínea exige apagar tu smartphone o tablet durante el despegue y el aterrizaje, también es porque sigue reglas precisas impuestas por autoridades como la FAA en los Estados Unidos o la EASA en Europa. Estas normas internacionales están diseñadas para garantizar un estándar común de seguridad en todos los aviones, sin importar a dónde viajes en el mundo. Aunque los riesgos de interferencias son bajos, las aerolíneas prefieren aplicar estas instrucciones al pie de la letra para mantenerse en conformidad con las exigencias legales. En resumen, apagar tus dispositivos es sobre todo una cuestión de respeto estricto de las reglas internacionales de la aviación.
Al pedir que se apaguen los dispositivos en esos momentos precisos, las compañías quieren sobre todo evitar que los pasajeros tengan su atención fija en las pantallas. En caso de un problema durante el despegue o el aterrizaje, cada segundo cuenta. Estar atento a las instrucciones del personal de vuelo permite reaccionar rápido si es necesario evacuar rápidamente o adoptar una posición de seguridad. Ante una emergencia, un pasajero absorto en su tableta o su teléfono corre el riesgo de estar menos alerta, con reacciones más lentas. Por eso es mejor guardar todo eso cuando el avión está en tierra o a baja altitud, para estar totalmente disponible mentalmente si las cosas van mal. La idea principal aquí: limitar las distracciones para maximizar las posibilidades de seguridad en los raros casos de crisis.
A diferencia de lo que se piensa comúnmente, un estudio de la NASA en 2003 encontró que algunos dispositivos electrónicos personales emiten efectivamente señales que pueden potencialmente causar ligeras perturbaciones en los sistemas a bordo.
Desde 2014, la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) ha flexibilizado las reglas sobre el uso de dispositivos electrónicos durante el vuelo, permitiendo así a las aerolíneas decidir si los pasajeros pueden utilizarlos durante la fase de despegue o aterrizaje.
La obligación de apagar o poner en modo avión los dispositivos electrónicos también permite a los pasajeros prestar una mayor atención a las instrucciones de seguridad que brindan los miembros de la tripulación durante las fases críticas del vuelo.
Según un estudio realizado por una importante compañía aérea, aproximadamente el 30% de los pasajeros no cumplen sistemáticamente con la instrucción de poner el dispositivo en modo avión, aunque teóricamente esto pueda aumentar—aunque sea ligeramente—el riesgo de interferencias electromagnéticas.
Es necesario que los pasajeros guarden sus auriculares durante las fases críticas del vuelo para poder escuchar claramente las instrucciones de seguridad y la información vital proporcionada en caso de emergencia.
El riesgo real de provocar una interferencia grave es bajo, pero no nulo. Estas recomendaciones provienen del principio de precaución para garantizar la seguridad óptima del vuelo.
Levantar las persianas de los ventanales permite una mejor visibilidad exterior, facilitando la observación de situaciones anormales afuera por parte de la tripulación y los pasajeros, lo que refuerza la seguridad del vuelo.
Sí, aunque existen directrices comunes definidas por organismos internacionales como la OACI, cada compañía puede adoptar controles más o menos estrictos según sus propias políticas internas.
Sí. La gran mayoría de las compañías aéreas permiten el uso de dispositivos en modo avión siempre que se desactiven las señales celulares y las conexiones inalámbricas.
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