La cúrcuma es considerada un superalimento debido a sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y sus posibles efectos beneficiosos para la salud digestiva.
La cúrcuma está llena de nutrientes muy interesantes como el hierro, el potasio y el manganeso. También contiene vitaminas importantes, en particular la vitamina C, E, y algunas vitaminas del grupo B. Pero su verdadera estrella es sobre todo la curcumina, el compuesto activo que le otorga toda su reputación. Este pigmento amarillo brillante tiene propiedades increíbles: es el responsable de los poderes antioxidantes y antiinflamatorios reconocidos de la cúrcuma. También aporta un poco de fibra, útil para facilitar la digestión. Y todo esto sin ser calórico: se puede decir que merece ampliamente su lugar en la categoría de superalimento.
La cúrcuma es especialmente conocida gracias a su activo estrella, la curcumina. Este compuesto tiene una acción antioxidante hiper efectiva para luchar contra los radicales libres, esas moléculas que aceleran el envejecimiento celular. Al reducir el estrés oxidativo, la cúrcuma ayuda a proteger nuestras células contra su degradación prematura. Además, la curcumina actúa como un antiinflamatorio natural bastante potente: bloquea o reduce la actividad de moléculas inflamatorias en el cuerpo, un poco como un medicamento pero sin los efectos secundarios desagradables. Se utiliza a menudo para calmar las inflamaciones crónicas como los dolores articulares o digestivos. En resumen, la cúrcuma es un verdadero escudo natural para proteger el cuerpo tanto de las inflamaciones molestas como de los daños relacionados con la edad.
La cúrcuma cuida de tu corazón gracias a la curcumina, su compuesto activo de alto rendimiento. En resumen, la curcumina ayuda a limitar la acumulación del mal colesterol (LDL) en tus arterias, lo que disminuye los riesgos de bloqueos. También ayuda a fluidificar ligeramente la sangre, lo que reduce el riesgo de formación de coágulos. La cúrcuma también contribuye a una mejor salud de las paredes de tus vasos sanguíneos. Resultado: un sistema cardiovascular en mejor forma y menos riesgos de problemas cardíacos a largo plazo.
La cúrcuma es reconocida por preservar el rendimiento del cerebro e incluso estimular su eficacia, especialmente gracias a un compuesto activo extraordinario llamado curcumina. Esta molécula tiene la verdadera capacidad de proteger las neuronas de los daños causados por el estrés oxidativo y de apoyar la memoria y la atención día a día. En general, consumir cúrcuma regularmente podría ayudarte a mantener una mejor claridad mental a medida que envejeces, al aumentar la producción de una cosa valiosa: el BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro). El BDNF, concretamente, es una proteína esencial para el crecimiento de las neuronas y la formación de nuevas conexiones en tu cerebro. Por lo tanto, mantener tus niveles de BDNF es un poco como ayudar a tus neuronas a mantenerse en plena forma por más tiempo. Algunos estudios serios incluso indican que podría limitar ciertos riesgos relacionados con el envejecimiento del cerebro, como la aparición de trastornos cognitivos o enfermedades neurodegenerativas (tipo Alzheimer).
La cúrcuma da un pequeño impulso a tu inmunidad gracias a su gran riqueza en curcumina. Esta sustancia ayuda al cuerpo a fortalecer sus defensas al estimular la actividad de ciertas células inmunitarias esenciales, como los linfocitos y los macrófagos. También apoya la producción de anticuerpos y permite así que el organismo luche mejor contra virus, bacterias e infecciones diversas. Además, la cúrcuma también posee poderes antibacterianos y antivirales muy útiles para mantener tu salud en buen estado. En resumen, ¡tu inmunidad apreciará este pequeño empujón natural!
El cúrcuma se utilizaba tradicionalmente como colorante natural para tejidos y alimentos, dando ese intenso color amarillo a platos como el curry o la mostaza.
Para preservar las propiedades terapéuticas de la cúrcuma, se recomienda consumirla asociada a una grasa saludable como el aceite de oliva o de coco, para facilitar su asimilación por el organismo.
Asociar la cúrcuma con pimienta negra multiplica por casi 20 la absorción de la curcumina, su principal compuesto activo beneficioso para la salud.
En India, donde el consumo diario de cúrcuma es elevado, se observa estadísticamente una menor incidencia de la enfermedad de Alzheimer y de ciertos tipos de cáncer. Esto podría estar relacionado con las poderosas propiedades antioxidantes y antiinflamatorias de la cúrcuma.
El cúrcuma se puede calentar sin perder todas sus propiedades. De hecho, algunos estudios muestran que su compuesto activo principal, la curcumina, se mantiene relativamente estable al calor. Sin embargo, una cocción demasiado larga o muy intensa puede disminuir algo sus efectos beneficiosos.
El cúrcuma fresco tiene un sabor más sutil, una textura jugosa y conserva en mayor cantidad sus compuestos activos, como la curcumina. El cúrcuma en polvo es más práctico, se conserva mejor, pero puede perder algunos compuestos activos durante el proceso de secado.
La recomendación generalmente aceptada es consumir entre 500 y 1500 mg de cúrcuma en polvo al día, lo que equivale aproximadamente a media cucharadita a una cucharadita diaria, para beneficiarse plenamente de sus propiedades beneficiosas sin provocar trastornos digestivos.
La cúrcuma se absorbe mejor cuando se asocia con pimienta negra, que contiene piperina, o bien mezclada con un cuerpo graso. Esta combinación mejora considerablemente su biodisponibilidad.
Aunque la cúrcuma es generalmente segura, puede provocar malestar estomacal en algunas personas o interactuar con ciertos medicamentos anticoagulantes. Se aconseja consultar a un profesional de la salud antes de consumirla regularmente en forma concentrada.
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