Al batir la crema, se introduce aire en su estructura a través de las burbujas que se forman, lo que crea una emulsión estable y hace que la crema suba a punto de chantilly.
La crema es principalmente agua y grasas provenientes de la leche. Estas grasas están presentes en forma de mini gotitas rodeadas de una fina membrana protectora. También hay un poco de proteínas y azúcares, pero en pequeña cantidad. Cuanto más rica en grasas sea la crema, más fácil será que se monte en nata (alrededor del 30% como mínimo para obtener buenos resultados). Si es menos grasa, corre el riesgo de no mantener la forma y nunca formar esa famosa espuma bien firme.
Cuando se bate la crema, las varillas del batidor cortan y atrapan aire en la crema en forma de mini-burbujas. Este movimiento rápido actúa como una verdadera bomba de aire, integrando gradualmente aire en la materia líquida y aumentando su volumen. El batido repetido también agita los glóbulos grasos, obligándolos a chocar, a ensamblarse y a formar progresivamente una estructura estable capaz de mantener el aire capturado en su lugar. Cuanto más se bate, más se refuerza y espesa la estructura, hasta convertirse en esa espuma aireada que llamamos nata montada. Sin embargo, atención a no batir demasiado tiempo, ya que se corre el riesgo de obtener mantequilla en lugar de crema chantilly.
Cuando batas la crema, el batidor atrapa y empuja aire en el interior, formando un montón de diminutas burbujas de aire. Estas burbujas se dispersan por toda la crema, dando una textura más ligera. Cuanto más batas, más aire incorporas y más numerosas, pequeñas y uniformes se vuelven estas burbujas. Progresivamente, toda esta masa de aire atrapado modifica radicalmente la consistencia de la crema, haciéndola espumosa, aireada y menos densa. Es lo que le da a tu nata montada su famosa textura ligera y derretida.
Mientras se bate, glóbulos de materia grasa contenidos en la crema se adhieren entre las burbujas de aire. Estas pequeñas gotas grasosas rodean poco a poco las burbujas como una película protectora flexible, formando una especie de membrana. Esta fina capa grasosa permite que las burbujas de aire se mantengan estabilizadas, impidiéndoles fusionarse o estallar demasiado fácilmente. Cuanto más se bate, más pequeñas gotas de grasa se aglutinan alrededor de las burbujas, lo que le da solidez y grosor a la mousse final — la famosa textura de chantilly.
Bajo el efecto prolongado del batido, la crema pasa de una mezcla líquida a una mousse estable y firme. Lo que ocurre es que las burbujas de aire atrapadas durante el batido quedan rodeadas por membranas formadas principalmente de partículas grasas. Estas partículas grasas crean una red sólida que impide que las burbujas de aire se escapen o se fusionen entre sí. Es esta red grasosa la que le da a tu nata montada esa textura firme pero ligera, casi aérea. Cuantas más burbujas haya y más pequeñas sean, mejor se mantienen entre sí, dando esa mousse cremosa capaz de sostenerse por sí sola en una cuchara o de decorar un postre de manera elegante. Ten cuidado de todos modos: si bates demasiado tiempo, las partículas grasas se aglutinan tanto que superas la etapa de nata montada y terminas con mantequilla.
El contenido de grasa de la crema juega un papel determinante en el éxito de tu nata montada. Una crema con menos del 30 % de grasa tendrá muchas más dificultades para montarse, mientras que aquella que esté entre el 30 % y el 40 % permitirá obtener una nata firme y estable.
Si bates tu crema demasiado tiempo, esta se transformará en mantequilla, ya que la acción mecánica termina por liberar completamente las partículas grasas que se aglutinan en una masa sólida. ¡Así que ten cuidado de no sobrepasar el punto deseado!
Puedes estabilizar una nata montada de forma más duradera añadiendo una pequeña cantidad de mascarpone o gelatina alimentaria disuelta. Es un truco de pastelero para conseguir postres que se mantengan mejor a lo largo del tiempo.
La crema batida fue popularizada en el siglo XVII por François Vatel, cocinero en el Castillo de Chantilly en Francia. Sin embargo, la costumbre de batir la crema apareció mucho antes: pruebas históricas muestran que la técnica se practicaba ya desde el Renacimiento.
No, el azúcar no es necesario para la formación de la nata montada, pero ayuda a estabilizar las burbujas de aire y aporta sabor. Puedes hacer perfectamente una nata montada natural, solo con crema fresca.
No, una crema ligera o reducida en grasa (con un contenido graso inferior al 30 %) no contiene suficientes grasas para estabilizar las burbujas de aire. Esto hace que sea imposible la formación de una nata montada estable.
La crema fría aumenta la viscosidad y hace que las grasas sean más sólidas, lo que facilita la captura de burbujas de aire al batir y permite que la nata montada suba más fácilmente y de manera más duradera.
La crema chantilly casera generalmente se conserva entre 24 y 48 horas como máximo en el refrigerador, en un recipiente hermético, ya que no contiene conservantes añadidos.
Si la crema chantilly se bate demasiado tiempo, las membranas de grasa se aglutinan liberando agua, lo que forma mantequilla. Es importante vigilar la apariencia de la crema durante la preparación para evitar pasar del estado de chantilly.
Una crema debe contener al menos un 30 % de materia grasa para poder ser batida en chantilly de manera efectiva. Cuanto más rica sea la crema, más estable y cremosa será la chantilly.

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