Por la noche, la disminución de la actividad solar reduce la ionización de la alta atmósfera, lo que permite que las ondas de radio viajen más lejos al reflejarse en capas ionizadas más bajas.
Durante la noche, la ionosfera (una capa cargada eléctricamente situada a gran altitud) cambia de estructura. Se vuelve más estable y refleja mejor ciertas frecuencias de radio. Durante el día, la radiación solar ioniza fuertemente estas capas, haciéndolas más densas y complejas, lo que absorbe en parte las señales. Pero por la noche, sin sol, la ionosfera se adelgaza y su capa reflectante asciende en altitud, permitiendo así que las ondas de radio reboten a larga distancia, un poco como un espejo gigante. Por eso, en la noche, puedes captar más fácilmente radios lejanas: las señales recorren grandes distancias, a veces incluso a nivel internacional. Este fenómeno se llama propagación ionosférica nocturna.
Por la noche, muchos dispositivos y actividades que generan parásitos electromagnéticos como las industrias, las máquinas eléctricas y la mayoría de los aparatos electrónicos son menos activos o incluso están completamente parados. Como resultado, el entorno de radio se vuelve más tranquilo, menos ruidoso: la onda de radio puede moverse con tranquilidad, con menos interferencias. Menos interferencias significan una señal más limpia, mucho más fácil de captar claramente a grandes distancias. Por eso, escuchar una radio distante se vuelve más fácil una vez que se pone el sol.
Durante la noche, el aire es generalmente más fresco y más estable, lo que provoca una disminución general de la humedad ambiental. Menos humedad significa menos absorción de las ondas de radio por la atmósfera: estas encuentran menos resistencia y, por lo tanto, llegan más lejos. Además, el polvo y las partículas presentes en el aire se depositan más con el aire nocturno enfriado, disminuyendo así el nivel global de atenuación atmosférica. En resumen, durante la noche, el aire se vuelve más limpio, más transparente a las ondas de radio que pueden, por lo tanto, circular mejor a largas distancias sin pérdida notable de potencia.
Durante la noche, el aire se enfría, lo que estabiliza las capas atmosféricas y limita las turbulencias. En resumen, esto crea capas de aire bien ordenadas, con las más frescas abajo y las más cálidas arriba, formando una especie de tapa. Este fenómeno, llamado inversión térmica, favorece particularmente las señales de radio. ¿Por qué? Porque las ondas rebotan mejor en estas capas térmicas estables, ampliando así su alcance. En otras palabras, la frescura nocturna ofrece una especie de autopista cómoda para la transmisión de radio a mayores distancias.
El término 'skip nocturno' se refiere específicamente al fenómeno por el cual las ondas de radio rebotan en la ionosfera durante las horas nocturnas, lo que permite a las señales de radio cubrir grandes distancias.
¿Sabías que anteriormente la BBC World Service programaba específicamente sus emisiones internacionales por la noche para aprovechar la reflexión nocturna de la ionosfera y llegar a oyentes ubicados a miles de kilómetros?
Los marineros y los pilotos de avión conocen bien la importancia de comunicarse, especialmente por la noche, cuando las señales de radio VHF/UHF sufren menos interferencias atmosféricas, garantizando así una comunicación más clara y estable.
¿Sabías que algunas radios AM pueden ser captadas a cientos e incluso miles de kilómetros durante la noche gracias a una reflexión aumentada por la ionosfera nocturna? Esto explica por qué a veces puedes sintonizar estaciones extranjeras una vez que cae la noche.
Durante la noche, la ionosfera se vuelve más reflectante a las ondas de radio en ciertas frecuencias, lo que les permite recorrer mayores distancias por reflexión. Esto hace que estaciones que normalmente están demasiado lejos sean audibles durante las horas nocturnas.
Las frecuencias de radio en ondas medias (AM) y en ondas cortas (HF) se benefician especialmente de las condiciones nocturnas, ya que se reflejan fácilmente en la ionosfera, lo que les permite ser captadas a cientos e incluso miles de kilómetros durante la noche.
Varios dispositivos como las lámparas LED, los electrodomésticos, los adaptadores de corriente, los microondas y las computadoras pueden generar interferencias electromagnéticas que afectan la recepción de radio, especialmente durante el día.
Las montañas pueden obstaculizar directamente las ondas de radio. Sin embargo, ciertas frecuencias tienen una mejor capacidad para sortear los obstáculos o rebotar, especialmente durante la noche cuando la ionosfera facilita estas reflexiones a larga distancia.
Sí, las condiciones meteorológicas como las tormentas, la lluvia y la niebla pueden influir en la transmisión de ondas de radio. Un clima más estable, como el que se observa a menudo por la noche, tiende generalmente a favorecer una mejor propagación de la radio.

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