Las mantis camarón tienen una visión tan desarrollada porque poseen ojos muy complejos llamados ojos compuestos, compuestos por miles de omatidios que les permiten detectar los movimientos y las polarizaciones de la luz con gran precisión.
Los ojos de los camarones mantis están entre los más perfeccionados de todo el reino animal. Ya pueden mover sus ojos de forma independiente, lo que les da una visión ultra amplia, casi panorámica. Donde se vuelve loco es que poseen hasta 16 tipos diferentes de fotorreceptores, mientras que nosotros, pobres humanos, solo tenemos 3. Esto les permite detectar no solo colores que ni siquiera imaginamos, sino también la polarización de la luz. Cada ojo se compone de tres regiones separadas, capaces de procesar la imagen de forma independiente. Es como si tuvieran tres pares de ojos en un solo globo ocular. Resultado: un análisis hiper rápido y detallado de todo lo que se mueve a su alrededor.
Las gambas mantis poseen hasta 16 tipos de fotorreceptores diferentes, mientras que los humanos solo tienen tres. Gracias a estos múltiples receptores, distinguen una gama mucho más amplia de colores, especialmente en el espectro ultravioleta y el infrarrojo. Esto les permite detectar fácilmente las presas camufladas o reconocer claramente a sus congéneres. No ven necesariamente los colores con más precisión que los humanos, pero su cerebro analiza los colores extremadamente rápido, sin esforzarse por decodificar cada tono con precisión. En resumen, tienen como un super escáner rápido para identificar los elementos interesantes a su alrededor sin tener que pensar durante mucho tiempo.
Vivir bajo el agua es convivir con un entorno visual complicado: luminosidad cambiante, contrastes variables, juegos de reflejos constantes. Las gambas mantis evolucionan en un medio marino particularmente colorido y complejo, arrecifes de coral o zonas rocosas donde cada matiz puede esconder un depredador o una posible presa. Su visión muy sofisticada, capaz de detectar una amplia gama de colores y de percibir la luz polarizada, les permite navegar de manera efectiva en este universo visual sobrecargado. Cuanto más cargado está el decorado de formas y colores, más ojos eficientes se necesitan para distinguir claramente lo que sucede a su alrededor. Al haber desarrollado esta habilidad visual extrema, las gambas mantis optimizan su capacidad para reaccionar rápidamente ante las amenazas y atrapar en el aire a sus presas, mientras notan instantáneamente los cambios sutiles en su entorno submarino.
Para cazar, el camarón mantis explota al máximo sus increíbles ojos. Su vista es tan precisa que detectan el más mínimo movimiento e incluso los matices más sutiles de su entorno. Gracias a esta precisión temible, localizan rápidamente a sus presas, incluso aquellas que se camuflan entre los corales o en la arena. Esta localización ultra-rápida les permite realizar sus famosas ataques relámpago, entre los más rápidos y poderosos del reino animal. En resumen, sus ojos de superdepredadores ofrecen una ventaja esencial para atrapar a sus víctimas antes de que comprendan lo que les sucede.
Las gambas mantis poseen una visión extremadamente rara: pueden percibir la polarización de la luz. En pocas palabras, la luz polarizada es una onda luminosa que vibra según una orientación precisa, como si estuvieras mirando a través de gafas polarizadas muy específicas. Estos animales detectan estas señales visuales particulares para comunicarse discretamente entre ellos, sin que sus depredadores o sus presas se den cuenta. En resumen, su visión actúa como un canal privado secreto. Partes específicas de su cuerpo reflejan la luz polarizada, produciendo para las otras gambas mantis señales luminosas invisibles para casi todos los demás ojos marinos. Es un poco como la mensajería cifrada del océano.
Algunos investigadores se inspiran en los ojos de las mantis religiosas para desarrollar nuevas tecnologías, como cámaras hiperespectrales o sistemas ópticos destinados a detectar células cancerosas.
Los ojos de los camarones mantis se mueven de manera independiente uno del otro. Esto les permite vigilar simultáneamente su entorno mientras permanecen inmóviles, aumentando así sus posibilidades de detectar una presa o un depredador.
Gracias a su percepción de la luz polarizada, estos crustáceos pueden comunicarse entre sí de manera discreta. Envían señales invisibles a otras especies marinas, ¡un poco como un lenguaje secreto submarino!
La visión de los camarones mantis es tan aguda que les permite incluso distinguir tejidos vivos con diferentes propiedades ópticas, como los músculos o los nervios de sus presas, potenciando así su temible precisión durante un ataque.
La visión polarizada significa que las mantis religiosas pueden detectar la orientación de la luz polarizada. Esto les permite localizar más fácilmente presas transparentes o semitransparentes, así como comunicarse secretamente con sus congéneres sin ser detectadas por los depredadores.
Gracias a sus ojos independientes que pueden girar por separado, las mantis religiosas localizan con precisión la distancia, el tamaño y los movimientos rápidos de sus presas. Esta visión excepcional les proporciona una gran eficacia para atacar y capturar a sus víctimas con velocidad y precisión.
Las gambas mantis pueden detectar los ultravioleta, lo que amplía considerablemente su espectro visual. Sin embargo, no perciben los infrarrojos.
Una visión extremadamente desarrollada permite a los camarones mantis ser depredadores temibles en su complejo hábitat marino. Esto facilita la captura eficaz de presas rápidas, al mismo tiempo que les permite una mejor comunicación y una defensa reforzada contra sus propios depredadores.
Las gambas mantis son capaces de percibir hasta 12 canales distintos de colores, en comparación con solo 3 para los seres humanos. Esta capacidad les permite tener una de las visiones más complejas y matizadas del reino animal.
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Question 1/6