Las abejas bailan para comunicarse con sus congéneres, ya que utilizan una danza llamada la danza en ocho, que les permite transmitir información sobre la ubicación de fuentes de alimento y sobre su calidad, facilitando así la coordinación de las recolectoras de la colonia.
La danza de las abejas proviene de una adaptación evolutiva que permite a la colmena ser más eficiente al encontrar rápidamente alimento y recursos. Al principio, algunas abejas se movían de manera excitada al regresar cargadas de polen o néctar, alertando a sus compañeras. Aquellas que sabían interpretar estos movimientos tenían una ventaja neta: perdían menos tiempo buscando. Poco a poco, se desarrolló una verdadera comunicación estructurada, formando el famoso "lenguaje coreográfico" que observamos hoy en día. Esta habilidad única, seleccionada por la evolución, le da a toda la colonia un gran impulso para su supervivencia.
Las abejas comunican principalmente tres tipos de información con sus danzas: la dirección, la distancia y la calidad de una fuente de alimento. Hacen especialmente la danza en círculo cuando la comida se encuentra muy cerca de la colmena, indicando a sus compañeras que el restaurante está justo al lado, sin detalles precisos sobre la dirección. En cambio, cuando la comida está más lejos, pasan a la famosa danza en ocho, llamada danza vibrante. Aquí, la orientación de su cuerpo en relación al sol indica precisamente la dirección a seguir, mientras que la duración y la intensidad de su danza revelan la distancia y la riqueza del polen o néctar encontrado. De este modo, las abejas logran transmitir con una precisión increíble, gracias a algunos movimientos coreografiados, dónde se encuentra exactamente la mejor zona para tomar el bocadillo.
Para comprender las danzas de las abejas, sus congéneres movilizan varios mecanismos sensoriales muy precisos: principalmente la vista, el tacto y la percepción de las vibraciones. Dentro de la colmena, hay mucha oscuridad, por lo que las abejas utilizan sobre todo sus antenas para captar los movimientos de sus compañeras que bailan. Gracias a receptores sensibles situados en estas antenas, perciben con precisión las vibraciones del cuerpo de las bailarinas. Además, las abejas siguen de cerca a la bailarina dándole a veces pequeños golpes con sus antenas y su cabeza para recuperar mejor la información. También sienten vibraciones transmitidas directamente por la cera alveolar bajo sus patas, como un código secreto transmitido por el suelo. Estas sensaciones reunidas permiten a las abejas espectadoras entender dónde se encuentra el néctar y cómo llegar allí de manera eficaz.
La danza es una técnica de comunicación ultra eficaz, que permite a las abejas ir directamente a la dirección correcta para encontrar el néctar o el polen. Resultado: pierden mucho menos tiempo buscando, ahorran energía preciosa y maximizan su cosecha en solo unas horas. Toda la colonia gana en productividad, con más recursos llevados a casa. Este sistema genial también ayuda a reaccionar rápidamente a cambios repentinos, como cuando aparece una nueva fuente de alimento o desaparece una antigua. Así, la colonia se mantiene hiperreactiva, unida y, sobre todo, lista para adaptarse a lo imprevisto.
La danza en ocho de las abejas, también conocida como danza de vibración o 'waggle dance', indica no solo la ubicación de una fuente de alimento, sino también elementos como la disponibilidad de néctar o polen, ayudando a sus compañeras a priorizar sus desplazamientos.
Las abejas pueden realizar diferentes danzas según la distancia de la comida: por ejemplo, una danza circular indica comida muy cerca (menos de 100 metros), mientras que una danza en ocho indica una fuente más lejana.
A veces, las abejas 'espían' las colmenas vecinas para observar sus danzas. Esta estrategia inteligente les permite localizar fácilmente fuentes de alimento sin tener que buscarlas activamente.
En 1973, el científico Karl von Frisch recibió el premio Nobel de fisiología o medicina por haber descubierto y descifrado la famosa danza de las abejas, revelando que estos insectos se comunican de maneras complejas y precisas.
La danza de las abejas se considera en general innata, ya que una abeja obrera es capaz de realizar danzas precisas desde su primera salida para recolectar néctar. Sin embargo, su precisión puede afinarse con la experiencia y la edad.
Claro, aquí tienes la traducción: Sí, se distinguen principalmente dos tipos de danzas en las abejas: la danza en círculo, que indica una fuente de alimento cercana (a unos 100 metros aproximadamente), y la danza vibrante (en forma de 8), que se transmite cuando la comida se encuentra a una distancia mayor. Esta última danza también informa sobre la dirección del recurso.
Cuando una abeja realiza la danza vibrante, orienta el eje central de esta danza en relación con la posición del sol de forma vertical dentro de la colmena (oscuridad interior). El ángulo formado entre este eje y la vertical indica precisamente la dirección del recurso en el exterior de la colmena, en relación con la posición actual del sol.
Claro, aquí tienes la traducción: Sí, las abejas también utilizan señales químicas a través de feromonas, señales vibratorias y táctiles, así como sonidos específicos en ciertas circunstancias. Estos diferentes modos de comunicación a menudo se complementan dentro de la colonia.
No, la famosa 'danza de las abejas' se observa principalmente en la abeja melífera (Apis mellifera). Algunas especies relacionadas pueden utilizar señales similares pero con variaciones, mientras que otras se comunican principalmente a través de medios químicos o sonoros.
Nadie ha respondido este cuestionario todavía, ¡sé el primero!' :-)
Question 1/5