La luz de las estrellas varía en intensidad principalmente debido a fenómenos como eclipses binarios, pulsaciones estelares, manchas estelares y el efecto Doppler. Estas variaciones pueden ser observadas desde la Tierra en función de diversos factores físicos que influyen en la luminosidad de las estrellas.
Las estrellas no siempre son perfectamente uniformes: a menudo poseen zonas más oscuras llamadas manchas estelares, similares a las manchas solares del Sol. Cuando la estrella gira sobre sí misma, estas famosas manchas entran y salen regularmente de nuestro campo de visión, provocando disminuciones temporales de su brillo. Cuanto más extensas o numerosas son las manchas, más marcado se vuelve el efecto en la luminosidad. Del mismo modo, algunas estrellas giran tan rápido sobre sí mismas que se encuentran ligeramente aplanadas hacia el ecuador: esta deformación modifica ligeramente la intensidad luminosa según la orientación de la estrella con respecto a nosotros.
Cuando dos estrellas giran juntas alrededor de un centro común, forman lo que se llama un sistema binario. Desde aquí, cuando una de las estrellas pasa delante de la otra, provoca una especie de mini-eclipse estelar. Resultado: desde la Tierra, vemos la intensidad luminosa bajar temporalmente y luego volver a subir. Este fenómeno regular permite a los astrónomos estudiar con precisión el tamaño y la órbita de estas estrellas. Estos eclipses estelares crean variaciones características en la luminosidad aparente, útiles para detectar estas famosas estrellas binarias.
Algunas estrellas pulsantes, llamadas estrellas variables pulsantes, cambian regularmente de tamaño debido a sus propios movimientos internos. A veces se hinchan, luego se contraen, de manera cíclica. Cuando una estrella se agranda, su superficie se enfría un poco, lo que hace que su luminosidad sea un poco menos intensa, ligeramente rojiza. Cuando se reduce, ocurre lo contrario: se calienta, volviéndose más brillante y más blanca. Estas pulsaciones se explican por una lucha permanente entre las fuerzas gravitacionales, que intentan comprimir la estrella, y la presión interna, que busca, en cambio, hacerla expandirse. Estos ciclos regulares pueden durar desde unos minutos para algunas, hasta varios años para otras. El ejemplo más conocido se refiere a las Cefeidas, estrellas pulsantes cuyas variaciones regulares se utilizan precisamente para medir fácilmente las distancias en el universo lejano.
Las estrellas experimentan regularmente erupciones completamente explosivas en su superficie, proyectando repentinamente grandes cantidades de energía y haciendo que su luminosidad sea temporalmente más intensa. Estos episodios son difíciles de prever y cambian rápidamente. En contraste, aparecen zonas más oscuras llamadas manchas estelares debido a una disminución local de temperatura en la superficie de la estrella, lo que reduce momentáneamente su luminosidad percibida. Cuantas más manchas tenga una estrella, más variable nos parecerá en su brillo. Estos cambios están a menudo relacionados con el campo magnético agitado y a veces caótico de la estrella en cuestión.
Algunas estrellas cambian ligeramente su intensidad luminosa cuando sufren la acción de la gravedad de otro astro cercano. Estas perturbaciones atraen materia a su superficie, provocando una deformación leve de la estrella, un poco como un globo ovalado en lugar de redondo. Esta modificación induce variaciones leves en la temperatura de la superficie y, por lo tanto, en el brillo aparente observado desde la Tierra. Este fenómeno, llamado efecto de marea, se vuelve más notable cuando la estrella en cuestión orbita muy cerca de otra estrella o de un planeta masivo.
Nuestro propio Sol también experimenta variaciones cíclicas de luminosidad debido a ciclos solares de aproximadamente 11 años, lo que influye ligeramente en el clima terrestre y produce espectáculos naturales como las auroras polares.
El fenómeno conocido como efecto Doppler permite a los astrónomos identificar las estrellas dobles: aunque no veamos directamente a su pareja, la luminosidad y la frecuencia espectral en oscilación delatan la danza gravitacional de las dos estrellas.
Aquí tienes la traducción al español: "Algunas estrellas experimentan pulsaciones internas, como grandes olas dentro de su estructura, que son tan violentas que modifican significativamente su radio y su temperatura, lo que afecta directamente su luminosidad observable."
La estrella Algol, apodada 'la estrella del demonio', ha intrigado a los antiguos astrónomos por sus variaciones repentinas de intensidad, causadas por un compañero estelar invisible que la eclipsa regularmente.
Las Céfeidas son estrellas pulsantes cuya variación regular en la intensidad de luz ayuda a determinar las distancias astronómicas. Gracias a la relación establecida entre el período de variación de la intensidad luminosa y su luminosidad intrínseca, sirven como 'faros luminosos' que permiten a los astrónomos medir con precisión las distancias dentro de nuestra galaxia e incluso en otras galaxias.
Los astrónomos utilizan la fotometría, una técnica que consiste en medir la cantidad de luz emitida por las estrellas. Este proceso a menudo implica el uso de telescopios equipados con cámaras de alta precisión o detectores especializados, lo que permite análisis detallados de las variaciones de luz a lo largo del tiempo.
Generalmente, las variaciones de intensidad luminosa de las estrellas lejanas no juegan un papel directo en la vida terrestre. Sin embargo, la actividad del Sol, nuestra estrella más cercana, influye considerablemente en el clima, el tiempo espacial y fenómenos como las auroras boreales.
Una estrella variable es una estrella cuya intensidad luminosa varía periódicamente o de manera irregular, generalmente sin destruir la estrella misma. Una supernova, en cambio, es una explosión espectacular que marca generalmente el final de la vida de una estrella masiva, acompañada de un aumento excepcional y temporal de su intensidad luminosa.
Casi todas las estrellas muestran variaciones en la intensidad de su luz, pero no todas estas fluctuaciones son perceptibles. Algunas variaciones son muy débiles y requieren instrumentos sensibles para ser detectadas, mientras que otras son lo suficientemente importantes como para ser observadas a simple vista.

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